Para ello, el área social ha preparado una serie de vídeos en los que participan distintos socios, que atestiguan el legado que han recibido y la ilusión por seguir formando parte de unos colores y un escudo, que representan a la población de Caspe.
En ellos, podemos ver como los Latres, padre e hijo, cumplen con el bisemanal hábito de buscar su localidad; Unos niños que repasan el álbum familiar cuando su abuela jugaba en el equipo femenino; Abuelo, padre y nieto recordando el día del debut del más joven de los tres; La enorme colección de periódicos retratando las gestas del club como, por ejemplo, cuando visitó el Alcoraz; O la invitación de los nietos a su abuelo para que siga vibrando con el equipo tal y como hacía él con los aficionados cuando vestía de corto.
Metrajes que ponen de manifiesto el apego de los caspolinos por una institución centenaria, que siempre ha sido el espejo en el que se ha reflejado la sociedad, para lo bueno y para lo malo, y en la que prevalece el espíritu de su potencial.